¿QUE ME HAS HECHO?
Tu cuerpo siempre ardiente junto al mío,
compartiendo de placer el mismo lecho;
el sudor en nuestros cuerpos como un río
y me atrevo a preguntar ¿tú qué me has hecho?
Será aquella pasión que nos devora
cuando, despacio, tu belleza desnudo
y esa entrega sutil que no demora
y nos envuelve en su silencio mudo.
Será el ir y venir, recorriendo la gloria,
bajo el suave danzar de tus caderas
que se filtra y acuna en mi memoria
y te deseo otra vez de mil maneras.
¿Es tan solo placer tocar el cielo?
o es algún sentimiento del cual huyo;
que nos lleva a extasiar y alzar el vuelo
y hacerte mía como yo tan tuyo.
Es tu forma de ser, es tu presencia;
el encontrarte, mujer, cada momento,
es la entrega total, nuestra demencia,
que a mi firme voluntad le quita aliento.
Me has dado de tu edad la mejor parte
y no puedo negar que me robas el sueño;
como siempre, aquí estoy, vengo a buscarte
y a sentirme otra vez que soy tu dueño.
LISANDRO
Lo que por ti sentía, guardaré en el pasado;
sin poder darle nombre a aquello que sentí,
pero tu cuerpo, ardiente, llevaré en mi memoria
recordando por siempre los besos que te di.
Tus suspiros repletos de pasión y ternura,
la hoguera que una tarde sin saber encendí
y tu cuerpo extasiado de placer y locura,
palmo a palmo, con besos recorrí.
Todo lo que tenías, por dar, me lo entregaste
y a compartirlo todo contigo lo aprendí;
son cosas que se esperan, de pronto, su regreso;
también, si no regresan, hacen parte de mí.
Sin saber que sentía se fue dejando el alma
en las tantas locuras que contigo viví.
Y pasaran los años y andarás mil caminos
y en los tantos quehaceres querré saber de ti.
Otros brazos te estrechan, también a mí otros brazos;
pero supimos siempre que podía ser así;
no obstante, en mi recuerdo, llevaré aquellas tardes;
llevarás en tu historia una parte de mí.
Te dejaré unos versos repletos de recuerdos
en sencillo poema, que a tu ser, escribí.
Y los besos tan dulces y caricias de fuego
con un cariño inmenso, también los dejo aquí.
LISANDRO
Me encuentro a su merced, soy el culpable;
Cierto es, yo lo soy, me doy por preso;
Mi pecado es tan cruel, imperdonable;
Porque quise, nada más, sentir un beso.
Solo un beso de amor, no como a un sapo
Que se besa por ver si no hay hechizo;
No soy el príncipe aquel, yo soy el capo,
Verdugo del amor, demente y enfermizo.
Aquel yo soy, quien le trunco su sueño,
Llegue a su vida y se frustro el futuro;
Busque incansable, como buen empeño,
Ser su reposo en un hogar seguro.
No es suficiente, en fin, lo necesario,
Aunque a gusto entregue mi pobreza;
Y un poco más de mi dejaba a diario,
Único objetivo, que no hubiese tristeza.
Nada fue bueno desde que empezara,
Se aparentaba aquel hogar muy tierno,
-Qué familia feliz- alguien pensara,
Desconociendo, cruel, el frio invierno.
Poseen las otras el mejor esposo:
Altura y posición, ser intachable;
Defectos busca sin hallar reposo
Al casero, servil, fiel y adorable.
No hay saludo cordial… ya no hay saludo,
Sus brazos ya no son, tampoco hay labios;
Es certeza que más su orgullo pudo;
Ya listo el maletín lleno de agravios.
Piernas cruzadas fue protesta antaño,
Vivo en protesta de piernas cruzadas;
Si propongo, quizá, quiero hacer daño
Al juicio y la moral que son sagradas.
Se fue al panteón la juventud vivida,
Cuando buscaba el placer de ser amada;
Si de pronto existió ya está extinguida
Del fuego de esa unión la llamarada.
Buscarle cada vez abre una herida.
No me arrepiento de lo que haya hecho,
Mas todo es vano, soy el homicida
Del gran amor que se murió en mi lecho.
Henchido de dolor, con rabia mucha
Y el corazón ya se tornó vacío,
Bajé la guardia y termine la lucha
Cuando el repudio se asoció al hastió.
Halle el curare y lo aplique a una flecha
Como a saeta que me envió cupido;
Busque al amor, mi puntería derecha
Y él, moribundo, se marchó al olvido.
Mi conciencia es el juez y me condena,
Por matar al amor y aun así amarle:
Con ella a no vivir, gruesa cadena,
Y en mi condena eterna… a recordarle.
Bucaramanga, abril 2014
AÑORANZA
Su cuerpo virginal llego a mi lecho;
Escale con pasión el volcán de su pecho,
Reciproco amor nos concedió derecho;
Vagar por su cuerpo, el túnel estrecho;
Siempre hubo una excusa a repetir lo hecho
Y yo estaba presto, cual fiera al acecho.
Recorrí sus caminos como un penitente;
Palpaba su cuerpo como un invidente
Buscando guardarla completa en mi mente
Para ese momento en que estaba ausente;
Ella se hizo mía, y lo hizo consiente
Y yo, entero, suyo, sin ser indecente.
Dos almas que un día se tornaron una
Ya no van con juicio del suelo a la luna;
La cama vacía, no esperanza alguna,
Si busco no encuentro, no tengo fortuna,
Rebelde con causa o sin causa alguna;
La cría, el trabajo, la regla oportuna.
El calor es mucho, mejor si hace frio
¿Por qué no se juntan su cuerpo y el mio?
No valen cariños, de eso no me fio,
Si hago algo travieso seguro que hay lio;
Agobia el cansancio o quizás… ¿el hastió?
Que arrasa las ansias, como al agua el rio.
Solo es ser esposos, no es sexo-manía
O.. ¿no soy el hombre que tal vez quería?
Si vago entre oficios, trabajo, poesía.
Nos vemos perfectos en la romería;
No duermo en su noche, la sueño en mi día,
Nada la conmueve la añoranza mía:
Que nazca otro ángel que nos de alegría
Y sea para mi ángel, dulce compañía.
Bucaramanga, Abril de 2012.
RESIGNACIÓN
El cuerpo no entiende de algunas vigilias
Y se va enfermando por unos excesos;
El alma, que es libre, renuncia a los sueños
Por falta de tiempo, de ganas. . . de pesos.
El mayor exceso es el tiempo que corre
Con el paso firme, dejando sus huellas;
Esas que al cuerpo le marcan los años;
Va olvidando el alma muchas cosas bellas.
El vigor y la fuerza toman otro ritmo;
Desaciertos se achacan todos a la edad,
Y de pronto un día, sin adiós siquiera
Se ausenta en las damas la fertilidad.
Anhelos de vida, de mi propia vida;
Otra nena hermosa, como la adorada;
O un varón que sepa prolongar mi raza,
Dando cumplimiento a la ley más sagrada.
La tierra que rota marcando los días
También se traslada aumentando la edad;
A esa consecuencia no hay la cirugía,
Tampoco al efecto de la grave-edad.
Cuando el tiempo pase, si la tierra vive,
Por medio del arte mi gente sabrá
Que en una mañana de lluvia y tristeza
Le escribí un poema a quien no nacerá.
Bucaramanga, febrero 2015
UNA MENTIRA
Quédate con la nevera,
Lo mismo el televisor;
Ahora se acabó la espera,
Yo me quedare el dolor.
Te quedas la lavadora
También el computador,
Mientras yo empaco recuerdos
De lo que fue nuestro amor.
La cama y los otros muebles
A tu dirección se va;
Por ser cómodo, y costumbre
Me quedo con el sofá.
La estufa y los demás trastos
No los dejes por favor;
La casa no te la quedes,
Esa es del arrendador.
Yo me quedo con las deudas,
Tarjetas a reventar;
Tú quedas con el camino
Si quieres volver a amar.
Te quedas con la princesa
Así lo manda la ley;
Más por eso nunca esperes
Que deje de ser su rey.
Yo me quedo con el carro
Que fue solo una ilusión;
Y la casa de los sueños
Que tuvimos por visión.
Me quedo con la poesía,
Para tu ser, que escribí;
Te quedas con mi alegría
Que fue lo mejor que di.
Nada más puedo dejarte,
Nada tengo y nadie soy.
Solo un manojo de dudas
Las que me acompañan hoy.
Si acaso un ¿Por qué? te asalta
Y te produce dolor,
Respóndete una mentira
…. Es que se acabó el amor.
Bucaramanga, noviembre de 2012
SILENCIO
Me está matando el silencio,
Ese si me está matando;
¿Cuándo cambiaste mi vida?
Responde, silencio ¿Cuándo?
Si eras mi mejor amigo
Y consejero en mis pasos
Y en el fulgor de mi vida
Siempre marcaste mis trazos.
¿No te acuerdas, confidente,
Del silencio de sus rezos?
Y ¿en esas tardes de lluvia,
Aquella lluvia de besos?
Los que en silencio nacieron
Y avivaron las caricias,
Y en silencio disfrutamos
De tanto amor las delicias.
Ahora arribas cual verdugo,
No eres el mismo de antaño;
Eres quien reina en la casa
Causándonos tanto daño.
Penetras por los muros,
Te filtras por sus brechas;
Dándole suma al tamaño
De las cosas mal hechas.
Solo eres ciego Lazarillo
Que me guía al fondo del abismo
¿Debo acaso, de que forma suplicarte
Para que seas, como ayer, el mismo?
Regresa, silencio, a nuestras vidas;
Como ayer, y no poder perdernos;
Volver a extasiarnos de aquel silencio mudo,
Sin palabras para comprendernos.
Bucaramanga, junio de 2011
ESCONDITE
Te busco y no encuentro,
No llegas a mí;
Te siento tan cerca
Pero la distancia
No es brecha, es abismo
Ese que ahora mismo mata la ilusión.
Siento tus suspiros
Mas tu aliento es frío,
Cual fatal hastío que envuelve al amor;
Ese amor que a diario
Te grita, te aclama
Y de vez en cuando se mete en mi cama
A guardar el sueño de esta soledad.
Ilusiones fueron los tiempos vividos
Cuando pluma y hoja, firme comunión,
Cual gran arquitecto, artesano de flores,
Adornaba en rosas poemas de amor;
Con agua y abono va la podadora…
Y arremete ahora tal excavadora
Convirtiendo en ruinas hermoso jardín.
Estando tan cerca, mi diosa poesía,
Cual infantil juego no te puedo hallar.
Recuerda que juntos gestamos los versos
Del mejor poema que al mundo arribo.
Corta la distancia, vuelve a mis sentidos;
Ya termino el juego… déjate encontrar.
Soñé, un amanecer de hermosa aurora,
contemplando aquellos ojos tan profundos
y extasiado en su mirar, unos segundos
se eternizaron, como si fueran horas.
Ojos hermosos, mirada que enamora,
si pudiera contemplarlos en mi mundo
sería de su mirar mendigo, vagabundo,
el fiel esclavo que esos ojos adora.
Los ojos se cerraron a aquel beso,
en la vida, un primor sus labios rojos,
dejando el corazón cautivo y preso.
Se llena el alma de idílicos antojos;
sólo un sueño, quisiera más que eso,
soñar despierto mirándome en sus ojos
LISANDRO
EN UN BESO
Tan solo en un beso digo lo que siento,
un beso de fuego, llega como el viento;
Despierta emociones de un tiempo ya ido,
se queda en su aroma un sentir prohibido.
Llegas del pasado sin pensarlo un día;
robas de repente calma y alegría;
dejando el aliento a más no poder
y mil mariposas dentro de mi ser.
Se olvida un instante la inmensa amistad
y un sabor amargo deja esa verdad;
De forma demente, tonta y sin medida,
tan solo te dejo... en un beso la vida.
LISANDRO
Volver a amar así, como en los años mozos;
de novios y de amantes antes de ser esposos.
vivir a cada instante amor de primavera;
recordar que se dijo - para la vida entera-
revivir a estos tiempos los momentos fugaces
amarse eternamente llegar a ser capaces.
De titanes la lucha por estar a su lado
¿por qué bajar la guardia si las cosas se han dado?
¿cómo echar al olvido los regaños de un padre,
esos tiernos reclamos, el llanto de un madre?
Que hacían contrapeso a férrea voluntad,
Aquella que fue triunfo y es la gran verdad.
Pasión desenfrenada, los deseos de amar
Y tantas otras cosas no son para olvidar;
Aquel rápido escape por alguna ventana,
Atestiguo la noche algún fin de semana.
Ahora hay tentaciones que visten forma humana
Henchidos de placeres que a ninguno engalana;
Caprichos que destruyen, del amor, la verdad;
Cortándole las alas, alas de libertad.
Lo mejor es amarse como en los años mozos
De novios, de amantes, de muy buenos esposos
Y al fin, en el momento de levantar el vuelo,
Se vea el camino recto a lo que llaman cielo.
Y ojalá, si es posible, si se pudiera allí;
Solo seguir amando, seguir amando así.
LISANDRO
A SU BUENA SALUD
Publicar quisiera los versos que hoy escribo
Y decirles con ellos la tristeza que hoy vivo;
….Pero hasta al fondo analizar pudiera
La vida misma en este mundo incierto,
La vida misma... también es pasajera.
Cerré la última página del libro que leía,
Repleto de aventuras, tristeza y alegría.
Los años que pasaron de gozo se vistieron
Repletos siempre de buenos compañeros,
Amigos que quedaron, otros que ya partieron.
Se divisan caminos de espinas y de rosas,
Pero Dios siempre señala, para bien sus cosas.
Adiós y muchas gracias por tanto que aprendí
Un brindis por ustedes, a su buena salud,
De este su buen amigo y hombre de gratitud.
Bucaramanga, octubre de 2009
LISANDRO
PROHIBIDO
La intrépida magia de cupido
A llegar se atreve como el viento,
Un idílico sueño es un tormento,
Rima sin ritmo y verso sin sonido.
Aunque el sueño que sueñe, sin sentido,
Vivo intenso, fantástico el momento;
Igual respiro a ti, el mismo aliento,
Con la amargura del saber, está prohibido.
Trinos y truenos oigo al despertar,
O al despierto volver de tantas ilusiones,
Rogando, pudiera, despierto soñar;
Inundar tu ser de versos y canciones,
Al oído, suave, poder susurrar
Que eres la mejor de las prohibiciones.
Bucaramanga, septiembre de 2011