¿DÓNDE ESTAN MIS HIJOS?
Esta vez el pensamiento muy ágil levanta el vuelo,
voy recordando de a poco las historias de un abuelo,
cuentos que producen risas y otros que producen miedo;
que el fantasma de la alberca, el diablo, la pata sola;
Nos producía tanto miedo y no dábamos pie con bola;
que se presentan de pronto en cualquier noche callada
vampiros, brujas y duendes se presentan en persona
y otra que ha sido temible, espantosa, la llorona.
Sólo con esa palabra se nos erizaba el pelo,
hasta sentía escalofrío y me acercaba al abuelo;
quería seguir escuchando pero a la vez no quería
y él daba fuego a su tabaco y aquel relato seguía;
nos contó que hubo mujeres en un tiempo muy amadas
y por amor o placer fueron a un hombre entregadas;
después su cuerpo cambiaba cual grande revolución;
lleva un hijo en las entrañas ¿cuál será la solución?
¡yo no lo quiero en mi vida! tal vez es duro decirlo
y cerca de cualquier escaño a ese hijo malparirlo;
terrible el cargo de conciencia, eso si no hay que dudarlo,
y en cualquier paraje solo; después de muerto...... enterrarlo.
Una duda me asaltaba; ¿sería su vida tranquila?
¿no extraño nunca pañales, un tetero, una mamila?
en vida desandan mucho dijo muy triste el abuelo;
al llegar su hora de muerte es más grande el desconsuelo.
Después de muerta se escuchan en las montañas y el valle
sus quejidos y lamentos y no hay nada que los calle;
¿Dónde están mis hijos? dice ¿Dónde están mis hijos? clama
y solo el eco responde, cuando a sus hijos los llama.
Se escuchan mucho en el campo y otro tanto en la ciudad.
Asusta a cualquier persona no importa cual sea su edad;
llorando cuando no hay luna, y también si hay luna llena
así eterno es su llanto, siempre estará su alma en pena.
Con todas esas historias se hace un nudo en la garganta
y pienso, no es una sola, porque como ellas hay tantas.
Hoy mujeres, casi niñas; me produce gran tristeza;
dan su cuerpo por placer, tal vez otras por pobreza,
y cuando llega el momento, ¡muerte al hijo! sin conciencia;
de forma rudimentaria o ayudadas por la ciencia.
Si hay un hijo es por amor, es algo de estar seguros
si no es así, lleva el alma, la llorona del futuro.
¿dónde están mis hijos? claman las mujeres de esta tierra
porque a sus hijos los llevan para pelear en la guerra;
o, tal vez han secuestrado o muerto los guerrilleros;
se han fugado de sus casas, quizá vuelto pandilleros;
son errantes, vagabundos ,tienen por techo los astros
y solo viven huyendo de los golpes del padrastro.
¿Dónde están mis hijos? es un grito lastimero
de la patria por aquellos que se van al extranjero.
No es un grito de leyenda el que dicen de la llorona;
ni es el miedo que penetra y trastorna las hormonas;
es un grito de conciencia que tal vez nos hace el cielo
para que solo sean cuentos lo que nos dijo el abuelo.
Bucaramanga, septiembre 2002
LISANDRO
Hoy Cuba sigue lo mismo;
en palestina es guerra
contra la paz más se aferra
la guerrilla de las Farc.
se fumigan los cultivos
y la coca siempre es más;
aumentaron los secuestros
también la inseguridad;
han subido los arriendos;
los alzaron sin piedad
y todavía no han tapado
los huecos de la ciudad.
El vecino miró feo;
nos han cortado la luz;
el agua subió de precio
y ¡como demora el bus¡.
Hoy crecen las injusticias
y los problemas también;
a los pobres les quitaron
el programa del Sisben.
Existen malos gobiernos
en Colombia y el perú;
hoy todo es un despelote
y ahí dentro ¿qué tal tú?
¿Sí examinas tu conciencia?
¿sí estarás haciendo bien?
¿sí recibirás alegre
al Dios que nace en Belén?
sabes bien, no hay alegría
si en el interior no hay paz
y si es para darla al mundo
desde dentro hay que empezar.
Revisando los errores
que pudimos cometer
y perdonando a los otros,
que los cometen también.
dar una ayuda a los pobres
es cosa de buen cristiano
y aun mejor que tu enemigo
llegue a ser como tu hermano.
Si te encuentras siempre alegre,
lejos de rabia y rencor,
ayudas un poco al mundo
y amortiguas su dolor.
si estás lleno de tristeza
y no hallas felicidad,
es hora de hacer un cambio
"YA LLEGO LA NAVIDAD"
Bucaramanga, diciembre 1999
LISANDRO
Ahí va la madre, murmura la gente;
ahí va la madre, de aquel delincuente.
infeliz que nunca decidió ser bueno
y en una trifulca, una bala perdida,
le arrebató el alma cual mortal veneno.
ahí va la madre, murmuran juzgando,
a llevarle flores y seguir llorando.
Vaga por las calles, llora su amargura,
y va recordando pequeña criatura;
que hace ya algún tiempo arrulló en sus brazos,
cariño y ternura no fueron escasos;
en noches tranquilas enseñó sus rezos
y como gran premio, al fin de sus tareas,
aquel cuerpecito llenara de besos.
Ahí va la madre, ya casi demente,
y es que su locura no entiende la gente;
con dolor de madre trajo un hijo al mundo
y este pueblo infame lo hizo un vagabundo.
Pasada su infancia escapó de sus manos,
olvidó su vieja y los caminos sanos;
se perdió en el mundo infinito del vicio
y de allí atrapado no regresaría,
nunca encontraría ni calma ni juicio.
Ahí va la madre cual rayo de luz,
se encuentra su cuerpo abrazando una cruz;
la envuelve el silencio de aquel campo santo
junto al cuerpo inerte del que amara tanto.
No en vano es el llanto por el hijo ausente,
robó hasta su vida, murió tristemente;
su dolor de madre no lo arrastra el viento
y en el cielo calma tanto sufrimiento.
Bucaramanga, julio de 2003
LISANDRO